Yo diría que esta es una de las recetas infalibles a la hora de hacer que mis ojos no puedan separarse de las páginas hasta el final...aunque al igual que pasa con el café, puedes hacer miles que contengan exactamente los mismos ingredientes, pero nunca habrá dos que sepan de idéntica forma.
En este caso, la conjunción de los ingredientes ha sido maravillosa, y Milly Johnson nos regala una historia llena de enseñanzas, de oportunidades de ser feliz, de esperanza y de sonrisas. Sonrisas como las que nos ofrece Leni, la dueña de El Café de La Esquina, una cafetería que podría decirse que es la auténtica protagonista de esta novela.
Por esta cafetería acaban pasando diversos personajes cuyas vidas, por vicisitudes amargas que el destino a veces nos presenta, han sufrido pérdida, dolor y soledad...pero no todo está perdido y nunca sabes cuándo la vida te puede brindar una segunda oportunidad de ser feliz.
Un buen café, un trozo de pastel, un pedazo de fuerza de voluntad y una porción de ganas de comerse el mundo y de empezar de cero acaban con cualquier corazón solitario.
Lo recomiendo porque es una de las cosas más dulces y tiernas que he leído en toda mi vida literaria, y porque hasta al más pintado le sacará una enorme sonrisa...y a los que somos algo sensibles alguna que otra lagrimilla.
Me encanta!
ResponderEliminarDan más ganas de comerse el libro que leerlo!!
ResponderEliminarQue bonito escribes dulzura!!
Te quiero