miércoles, 18 de agosto de 2021

Malleus Maleficarum - Fragmento



 Sobre las brujas dice el Malleus Maleficarum que son "las que yendo contra la naturaleza del hombre y su inclinación, e incluso la de los animales, tienen como hábito despedazar y devorar a los niños de su propia especie. Es esta la especie de brujería más importante. Ellas son las que realizan innumerable cantidad de males. Ellas son las que levantan tempestades en medio de relámpagos y truenos; ellas son las que provocan la esterilidad en los hombres y las bestias. Aquéllos niños que no devoran, o bien los ofrecen a los demonios o se las ingenian para matarlos de otra manera: sobre todo a aquellos que todavía no han renacido de la fuente del bautismo. Aquellos que devoran, no sin la permisión de Dios, son los bautizados. Hay niños que caminan junto al agua y ellas son capaces de hacerlos caer, incluso en presencia de sus padres sin dejarse ver. Son capaces de enloquecer a los caballos incluso bajo sus jinetes; pueden trasladarse de un lugar a otro a través de los aires en el cuerpo o en el espíritu; son capaces de cambiar el ánimo de los jueces y magistrados de manera que no pueden hacerles daño. En las torturas pueden dotarse a sí mismas y a otras del don de la taciturnidad; provocar un enorme temblor en las manos y en los ánimos de los que las vienen a prender; revelar a los demás acontecimientos futuros y cosas ocultas (...). Pueden ver cosas ausentes como si las tales se desarrollasen presentes; cambiar los corazones de los hombres hacia un amor o un odio desordenados; destruir en ocasiones por el rayo aquéllo que ellas desean, incluso hombres y animales. Pueden hacer estéril la potencia genital o incluso hacer imposible la unión conyugal; provocar el aborto, causar la muerte de los niños en el seno de la madre únicamente por el tocamiento exterior. Pueden a veces embrujar a hombres o animales por una simple mirada, sin el menor contacto, y de esta forma causar la muerte; entregar y consagrar a sus propios hijos a los demonios. Y (...) pueden causar mortandades de peste u otra clase (...). Es una característica común a todas entregarse a todo género de torpezas carnales con los demonios"

(Jacobo Sprenger y Enrique Institoris, El martillo de las brujas (Malleus Maleficarum), Maxtor, Valladolid, 2004, parte II, capítulo 2, págs. 221-222)