martes, 22 de septiembre de 2015

Cómo empezó todo...

Mi adicción a la lectura es vieja...comenzó con una pequeña niña de diez años que leía Harry Potter como si le fuera la vida en ello, si, seguro que hay miles de muchachit@s que se engancharon a la lectura gracias a esta excelvillosa saga, no haré reseñas de ella puesto que todo el mundo sabe de qué va y el que no lo sepa merece una buena ración de miradas asesinas...

Me regalaron Harry Potter y La Piedra Filosofal un día de reyes, mi madre tenía la intuición de que me gustaría la historia de ese pequeño mago que estaba dando la vuelta al mundo...y acertó de lleno. Después de ese vino el siguiente, y el siguiente, y el siguiente...

Recuerdo que mi madre no encontraba forma de castigarme cuando metía la pata, no podía prohibirme salir porque era una chica bastante solitaria y casi nunca salía, no podía sancionarme sin darme paga porque justamente al no salir no necesitaba el dinero para nada; así que la mejor manera que tuvo de imponerme un castigo fue escondiéndome estratégicamente los libros para impedirme leer hasta que no ordenase mi cuarto, terminase mis deberes, recogiese mi plato sucio de la mesa, etc.
Os aseguro que la treta funcionaba a la perfección.

Posteriormente ya no pude despegar mi pequeña nariz de esos pequeños tesoros hasta hoy; y no me dediqué a lecturas de la misma temática precisamente...nada de novelas infantiles y juveniles, lo mío fueron La Vida es Sueño, La Celestina, Macbeth, la poesía de Becquer y Salinas e incluso el terror de antaño reflejado en Drácula o en el extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Los clásicos me apasionaban: el teatro, la poesía...esas grandiosas historias que nunca pasan de moda.

Ya era imparable en incurable mi adicción...y bendita adicción, me ha ayudado tantas veces a escapar de todo y de todos...

Un gran hombre al que admiro infinitamente suele decir que hay que mantener la puerta de atrás del cerebro siempre abierta, abierta y dispuesta a soñar, a viajar, a sentir, a explorar, a percibir otras realidades. Bien pues para mí la lectura ha sido ese tope que ha conseguido que esa puerta trasera no se cierre ni tenga intención de cerrarse nunca. 
Percibo el mundo en todo su esplendor gracias a todo el conocimiento que me han proporcionado los libros. Como un chamán inmortal, inmune al tiempo y al espacio que transmite la historia del alma y la mente humana a través de cada página que leo, colándose en mi mente, permitiéndome ver a través de sus ojos...aspirar las palabras, introducirme en cada historia como si fuera mía. ¿No es increíble y maravilloso? Y todo en un pequeño objeto rectangular lleno de palabras.

A muchos les parecerá eso, un objeto que adorna una estantería y acumula polvo. Para mi es mucho más, es un objeto que convierte en hogar mi estantería y acumula sueños. Y esos sueños son todo míos, con sólo sentarme en mi mecedora y leerlos puedo viajar hasta ellos siempre que quiera.

Espero que os guste viajar como a mí, y que queráis acompañarme.






1 comentario:

  1. Tantos empezamos con Harry Potter... Tu entrada me ha recordado absolutamente a mi infancia, mi madre tenía que reñirme porque me encantaba cenar leyendo y eso no podía ser y a mí me molestaba porque me encantaba el sabor de la comida mientras leía ^^

    ResponderEliminar